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¿Es necesario tomar suplementos nutricionales para estar sano?
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¿Es necesario tomar suplementos nutricionales para estar sano?

¿De verdad necesitamos suplementarnos?, ¿sirve para algo?, ¿puede ser perjudicial?, ¿es un gasto necesario?, ¿cómo sé que tengo que tomar suplementos?

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Foto: iStock.

Mucho se puede decir de la suplementación, no solo es un tema de debate en el gremio médico, también es un asunto de interés general. En algún momento, especialmente cuando no nos sentimos del todo bien, pero tampoco tan mal como para acudir al médico, todos nos hemos preguntado si será necesario tomar algún suplemento, pero ¿de verdad necesitamos suplementarnos?, ¿sirve para algo?, ¿puede ser perjudicial?, ¿es un gasto necesario?, ¿cómo sé que tengo que tomar suplementos?

La respuesta es muy sencilla y compleja a la vez: depende.

Existen enfermedades y cuadros clínicos propios de un déficit nutricional en los que sí es necesaria la suplementación, como puede ser la pelagra (deficiencia de vitamina B3), el raquitismo (deficiencia de vitamina D) o el escorbuto (deficiencia de vitamina C), entre otras. Pero estas circunstancias son raras en la actualidad, ya que es muy difícil tener un déficit real de micronutrientes viviendo en una sociedad desarrollada como la nuestra.

Sin embargo, aunque ahora exista más comida que nunca y uno de los principales problemas sanitarios sea la obesidad, una dieta normal en calorías e incluso hipercalórica puede llevarnos a una malnutrición. Es cierto que esto no supone una enfermedad como tal, pero sin duda condiciona un riesgo silente de desarrollar un problema de salud a futuro.

Foto: Los suplementos ergogénicos están diseñados para mejorar el rendimiento físico y mental. (iStock)

Estamos bombardeados de campañas promoviendo un estilo de vida saludable, la moda de hoy es el fitness y el wellness, y transmitir la importancia de una buena alimentación nunca había sido tan prioritario. Incluso el consumo de suplementación nutricional ha aumentado exponencialmente hasta el punto de que las grandes farmacéuticas destinan buena parte de su presupuesto a incluir suplementos en su stock de formulaciones. Y, a pesar de esto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que casi 2.000 millones de personas en el mundo presentan un déficit de minerales esenciales y/o de vitaminas.

En Europa tenemos el estudio SENECA (Study of The European Nutrition of The Elderly, Concerted Action), donde se revela que en España los niveles de vitamina D son mucho más bajos que en países del norte de Europa, a pesar de ser un país con muchas horas de sol y abundante consumo de pescado. Por tanto, a pesar de vivir en unas condiciones favorables, es evidente que la población española necesita un aporte extra de vitamina D.

¿Sorprendente? Pues no…

Nosotros no hemos cambiado mucho, la genética del ser humano ha sufrido muy pocas variaciones entre los últimos 5.000 y 10.000 años. Sin embargo, todo lo que nos rodea ha experimentado grandes y profundas transformaciones: el contenido nutricional de los alimentos puede ser muy variable entre diferentes regiones y el alimento que consumimos en la actualidad no es igual al que consumíamos años atrás.

La carne viene de ganado que se alimenta con pienso adicionado con hormonas y antibióticos para cubrir las demandas de producción que aumentan cada vez más. Las tierras de cultivo ya no son las mismas gracias a la sobreexplotación por oferta y demanda, el contenido de nutrientes en frutas y verduras ha cambiado. Hoy en día sabemos que las berzas tienen un 80% menos de magnesio, las espinacas tienen un 70% menos de hierro que hace 25 años, el brócoli ha perdido calcio… y así podemos seguir con muchos más alimentos.

Y puedes pensar: ‘‘Yo tomo suplementos, consumo alimentos ecológicos, hago ejercicio, seguro no tengo ese problema’’. Desde luego es un buen comienzo, pero probablemente no sea suficiente para mantenerte saludable. Para que los nutrientes que consumes puedan tener sus beneficios es necesario que se absorban adecuadamente en tu sistema digestivo, que exista una buena biodisponibilidad en sangre y que finalmente lleguen en cantidades adecuadas a tus células. También tendríamos que valorar las características de ese suplemento que estás consumiendo, puede ser que la calidad sea buena, pero podría ser que el vehículo, excipiente y/o disponibilidad no sean adecuados para ti.

La cantidad diaria recomendada (CDR) o el valor de referencia de nutrientes (VRN) que ves en la etiqueta del bote de tu suplemento no es la cantidad máxima que tendrías que consumir; es la cantidad de un determinado nutriente que necesita el 97% de la población para no desarrollar un déficit. Dicho en otras palabras: es la dosis mínima para no enfermar por carencia de una vitamina o mineral. Y esto poca gente lo sabe. Entonces, ¡la CDR/VRN es demasiado baja! Y puede ser que esa dosis mínima tampoco tenga impacto real en tu salud.

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Ahora las buenas noticias: la toma prolongada de vitaminas a dosis superiores a la CDR (aunque inferiores a un umbral máximo) se ha mostrado segura a largo plazo. Un estudio elaborado en la Universidad de Berkeley, en California, demuestra que una adecuada suplementación nutricional con vitaminas y minerales evita el desarrollo de enfermedades crónicas, e incluso ahorra costes sanitarios tanto en visitas médicas como en pruebas diagnósticas y fármacos.

Esto no significa que podamos tomar suplementación sin ningún cuidado sobre la dosificación y sin conocer qué suplemento es adecuado para nosotros, pues podemos caer en el error de tomar algo que realmente no necesitamos o que sea de poca calidad, que no va a causar ningún beneficio para nuestra salud y estemos desperdiciando el dinero.

Es importante tener en cuenta que no sirve cualquier producto ni cualquier concentración, sino aquella que de verdad ejerza su efecto beneficioso sobre cada persona de acuerdo a sus características y necesidades individuales. Estas necesidades de nutrientes varían en función de la actividad física, edad, sexo, estrés, estilo de vida... Es por esto que los requerimientos son diferentes de persona a persona y, por tanto, la suplementación SÍ tiene que ser personalizada.

La Dra. Yéssica Sánchez explica que "para individualizar las recomendaciones, en la consulta de Neolife siempre se pide una extensa analítica y diferentes pruebas si fuera necesario, con el fin de entender y conocer qué biomarcadores se encuentran alterados". Con esta información y junto a una consulta de nutrición preferentemente, se debe valorar qué principio activo tomar y en qué concentraciones sería lo más adecuado para nosotros, con el fin de obtener el efecto beneficioso que buscamos sin afectar negativamente a nuestra salud.

"No pretendemos fomentar el reduccionismo y simplificar con que los beneficios de una nutrición adecuada se pueden reemplazar por un suplemento. Al contrario, desde Neolife consideramos que una alimentación saludable es crucial, pues es uno de los pilares del antienvejecimiento que promovemos en nuestras clínicas. La suplementación nutricional es una capa adicional a la nutrición, que nos permite corregir déficits detectados tras haber hecho un estudio profundo de su estado de salud", añade la doctora.

Mucho se puede decir de la suplementación, no solo es un tema de debate en el gremio médico, también es un asunto de interés general. En algún momento, especialmente cuando no nos sentimos del todo bien, pero tampoco tan mal como para acudir al médico, todos nos hemos preguntado si será necesario tomar algún suplemento, pero ¿de verdad necesitamos suplementarnos?, ¿sirve para algo?, ¿puede ser perjudicial?, ¿es un gasto necesario?, ¿cómo sé que tengo que tomar suplementos?

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