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La gran importancia de la nutrición para los enfermos de EPOC
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Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica

La gran importancia de la nutrición para los enfermos de EPOC

Una dieta saludable no cura la enfermedad, pero aumenta la capacidad del organismo para combatir las infecciones y hacer que el paciente se sienta mejor

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Sentado en el sofá, cada día mantiene el tratamiento de oxigenoterapia continua domiciliaria, entre 8 y 10 horas, a través de unas gafas nasales que le ayudan a disminuir la fatiga que le causa la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Una afección que le fue diagnosticada hace algunos años, causada por su largo historial como fumador. La EPOC es una afección que en la población española de más de 40 años se sitúa en 33,9 casos por cada 1.000 habitantes, siendo más del doble en hombres que en mujeres (47,7 frente a 21,3). A partir de esa edad primera de debut, su prevalencia aumenta de forma progresiva hasta alcanzar la mayor frecuencia en el grupo de edad de 80 a 84 años (78,0), según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2020-21, del Ministerio de Sanidad.

Tradicionalmente, los pacientes que sufren esta enfermedad se someten a rehabilitación pulmonar, broncodilatadores y corticoides. Pero, desde hace algún tiempo, las investigaciones también se centran en el papel que la nutrición tiene en su desarrollo, ya que una de las características que presentan las personas que la padecen es el inadecuado estado nutricional de las mismas. “Existe una clara interrelación entre el estado nutricional y la función respiratoria. La prevalencia de desnutrición en pacientes con EPOC varía desde el 25 al 40% en función de los criterios que se utilicen para diagnosticarla”, señala Dolores del Olmo García, facultativa de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Severo Ochoa

Son muchos los factores implicados en su patogenia como la reducción de la ingesta, el estado de inflamación crónica, los fármacos, las infecciones respiratorias, pero también el estado nutricional. “La enfermedad lo condiciona, y éste también determina el pronóstico de la enfermedad. La pérdida de peso, fundamentalmente de masa muscular (ya apreciable en etapas tempranas), empeora el curso evolutivo de la EPOC y es un factor predictor independiente de supervivencia”, explica del Olmo.

Uno de los últimos estudios que profundizan en la relación entre EPOC y nutrición es el artículo “El papel de la nutrición en el desarrollo y tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica”, llevado a cabo por investigadores de Virginia Commonwealth University, en Estados Unidos. Se trata de una revisión que resume la literatura actual sobre la función que la dieta y los nutrientes desempeñan en el riesgo y el tratamiento del desarrollo de la enfermedad. El texto resalta que cada vez hay mayor evidencia que sugiere una asociación entre el consumo de carne procesada y el riesgo de sufrir EPOC. En esta línea, la especialista del Hospital Universitario Severo Ochoa indica que “la EPOC no debe considerarse una enfermedad exclusiva del pulmón, sino que se trata de una enfermedad sistémica. Si bien el factor de riesgo más importante es el tabaquismo, algunos estudios apuntan hacia una asociación entre patrones dietéticos poco saludables y el desarrollo de la misma”.

Dieta Mediterránea

Frente a la nutrición inadecuada, una dieta mediterránea equilibrada y saludable parece poseer un efecto protector “no solo en el tratamiento de los pacientes con EPOC, sino también en la población en general como prevención de enfermedades cardio-metabólicas”, dice Victoria Sanz Lobo, enfermera experta en nutrición del Hospital Universitario del Henares.

En relación con la posible correspondencia entre el consumo de carne procesada y EPOC. La evidencia científica relaciona las dietas con un consumo elevado de carnes rojas curadas, procesadas (embutidos), ricas en grasa saturadas y exceso de nitritos (aditivo alimentario para conservación y antibacteriano), con un aumento de los riesgos en la enfermedad EPOC, “al agudizar los síntomas y favorecer ingresos hospitalarios”, dice Sanz. El mecanismo de acción estaría, según esta experta, en que “los nitritos pueden dañar el tejido del pulmón, al aumentar la inflamación sistémica y al generar una especie reactiva de nitrógeno (estrés oxidativo), además de favorecer comorbilidades comunes (diabetes, enfermedad cardiaca, renal…)”.

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Cuando se ha diagnosticado, hay que prestar especial atención al estado nutricional de la persona, ya que es un factor determinante en el pronóstico y el curso evolutivo de la enfermedad. Los pacientes con EPOC suelen reducir su ingesta por la disnea y las desaturaciones al comer, por modificaciones en el apetito y en el gusto/sabor de los alimentos, por las restricciones dietéticas impuestas, por fármacos como los corticoides o los antibióticos en las reagudizaciones…. Por otra parte, el estado de inflamación crónico, la taquipnea o las infecciones aumentan el gasto energético y producen hiporexia. “Ambos factores, ingesta/gasto, explican la repercusión sobre el estado nutricional, la pérdida de masa muscular y la sarcopenia”, dice del Olmo.

No existen indicaciones dietéticas específicas para pacientes con EPOC. Pero se recomiendan ingestas calóricas similares a las de otros pacientes con enfermedades crónicas, entre 30-35 Kcal/kg/día. “Dado que la pérdida de músculo aparece en fases tempranas de la enfermedad, el objetivo dietético debe ir encaminado a intentar evitarla, recomendando la ingesta de proteínas de alto valor biológico en una cantidad mayor a la recomendada para las personas sanas: 1,2-1,5 g/Kg/día”, manifiesta la especialista del Hospital Universitario Severo Ochoa. Asimismo, no existe ninguna evidencia sobre la necesidad de suplementar de forma sistemática con vitaminas o minerales, “aunque, al tratarse de personas con alto riesgo nutricional, debemos estar especialmente atentos. En pacientes que recibe tratamiento crónico con corticoides se recomienda aumentar la ingesta de calcio y suplementar con vitamina D”, declara.

Una dieta saludable no cura la EPOC, pero aumenta la capacidad del organismo para combatir las infecciones y hacer que el paciente se sienta mejor. No hay que olvidar que la causa fundamental de su aparición en los pacientes es el tabaquismo: “cada vez hay más prevalencia de casos entre mujeres, igualando al número de hombres, por lo que dejar el tabaco de forma definitiva ayudaría mucho a su prevención”, añade Sanz. A la puesta en práctica de hábitos saludables, para prevenir problemas, hay que añadir la realización de ejercicio moderado en función de la capacidad respiratoria, así como mantener una buena higiene de sueño.

Sentado en el sofá, cada día mantiene el tratamiento de oxigenoterapia continua domiciliaria, entre 8 y 10 horas, a través de unas gafas nasales que le ayudan a disminuir la fatiga que le causa la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Una afección que le fue diagnosticada hace algunos años, causada por su largo historial como fumador. La EPOC es una afección que en la población española de más de 40 años se sitúa en 33,9 casos por cada 1.000 habitantes, siendo más del doble en hombres que en mujeres (47,7 frente a 21,3). A partir de esa edad primera de debut, su prevalencia aumenta de forma progresiva hasta alcanzar la mayor frecuencia en el grupo de edad de 80 a 84 años (78,0), según el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2020-21, del Ministerio de Sanidad.

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