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Vasculitis, una patología difícil de diagnosticar: síntomas más frecuentes y riesgos para la salud
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PUEDE AFECTAR A CUALQUIER EDAD

Vasculitis, una patología difícil de diagnosticar: síntomas más frecuentes y riesgos para la salud

Se trata de un grupo de enfermedades cuya principal característica es la presencia de inflamación en la pared de los vasos sanguíneos, lo que reduce el flujo de sangre

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Es posible que hasta ahora no haya oído hablar de la vasculitis. No es raro, pues se trata de una patología infrecuente. De hecho, en España se estima una incidencia de vasculitis primarias es de 115 casos por millón de habitantes y año; y de vasculitis secundarias (provocadas por otras enfermedades), de 26 casos por millón de habitantes y año.

Porque realmente no es una enfermedad en sí misma, sino que el término engloba un grupo heterogéneo de enfermedades. Todas ellas con una característica principal: la presencia de inflamación en la pared de los vasos sanguíneos (arterias, venas, capilares, vénulas). Esta inflamación reduce el ancho del conducto interior de los vasos, lo que puede suponer que el flujo sanguíneo no llegue bien a los órganos o incluso se interrumpa y los tejidos se dañen.

Según la localización de los vasos afectados y del tamaño de la vasculitis, los síntomas y la afectación puede ser muy diversa. Esta disparidad es una de las claves que llevan a la dificultad de su diagnóstico. Por suerte, en este área se ha evolucionado mucho. Lo indica Javier Loricera, reumatólogo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander: “En el ámbito del diagnóstico ha habido avances importantes, algo que merece la pena destacar dado que, a menudo, supone un reto para los profesionales sanitarios porque los pacientes con vasculitis pueden presentar manifestaciones clínicas y analíticas inespecíficas”.

Otra de las razones que dificultan el diagnóstico de la vasculitis tiene que ver con que a veces es causada por otras enfermedades, también muy diferentes. Es el caso de las vasculitis secundarias, que pueden aparecer como consecuencia de enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide; infecciones como la hepatitis B o C, la sífilis o el VIH; o una reacción a ciertos tipos de medicamentos o proteínas heterólogas.

No es cuestión de edad

Las vasculitis primarias, por su parte, son aquellas en las que no se conoce un desencadenante concreto. De hecho, según la Sociedad Española de Reumatología, ocurren sin estar asociadas a ninguna otra enfermedad, “estando mediadas por mecanismos inmunitarios en personas genéticamente predispuestas”.

"Se trata de enfermedades poco comunes que es importante conocer para sospechar, diagnosticar y tratar de forma temprana"

“En la mayoría de las vasculitis su causa es desconocida y no hay un perfil concreto de pacientes, aunque hay subtipos más característicos según el grupo de edad”, apunta Loricera. De hecho, también pueden aparecer en la infancia, generalmente ligada a la enfermedad de Kawasaki, que afecta especialmente a niños y adolescentes y que se presenta principalmente durante el invierno, coincidiendo con epidemias de las infecciones respiratorias.

Pero no es único grupo de edad afectado por este grupo de enfermedades, ni mucho menos. La vasculitis por Arteritis de Takayasu, que generalmente afecta solo a una porción del vaso y no a la totalidad, suele iniciarse antes de los 30 años. Mientras que la Arteritis de células gigantes es habitual en personas mayores de 50 años.

Síntomas y manifestaciones

La afectación inflamatoria vascular provoca la aparición de síntomas generales como la astenia, pérdida de peso o fiebre y el desarrollo de manifestaciones clínicas locales según el órgano del que se trate como consecuencia de la falta de riego.

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Así, se pueden tener, entre otros, síntomas neurológicos como la pérdida de fuerza o parestesias, dolor abdominal, afectación renal en forma de insuficiencia renal, hipertensión arterial, afectación visual en la Arteritis de células gigantes, disnea por afectación pulmonar, etc.

La importancia de la detección temprana

Con estos síntomas, es evidente la importancia de contar con un diagnóstico lo antes posible. Así lo afirma Patricia Moya, reumatóloga del Hospital Universitari de la Santa Creu i Sant Pau: “Se trata de enfermedades poco comunes que es importante conocer para sospechar, diagnosticar y tratar de forma temprana, con el objetivo de evitar daños estructurales y orgánicos que puedan amenazar la vida de los pacientes”.

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“En las últimas décadas, ha habido importantes avances en la investigación de estas patologías. Desde la reciente actualización de los criterios clasificatorios y avances en técnicas de imagen, hasta el estudio de nuevas dianas terapéuticas, apunta la experta. “Considerando estos avances en el tratamiento y la incorporación de dianas terapéuticas para el manejo de las vasculitis, las perspectivas futuras son alentadoras”, concluye esperanzada.

Es posible que hasta ahora no haya oído hablar de la vasculitis. No es raro, pues se trata de una patología infrecuente. De hecho, en España se estima una incidencia de vasculitis primarias es de 115 casos por millón de habitantes y año; y de vasculitis secundarias (provocadas por otras enfermedades), de 26 casos por millón de habitantes y año.

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