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Wendy y Peter Pan: dos síndromes emocionales que te traen problemas en la edad adulta
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ELLAS CUIDAN, ELLOS NO CRECEN

Wendy y Peter Pan: dos síndromes emocionales que te traen problemas en la edad adulta

Estos roles, que han adoptado los nombres de los personajes de Barrie, hacen sufrir a quien los padece y, en el caso de Peter Pan, a quien tiene alrededor

Foto: Los síndromes de Peter Pan y Wendy. (iStock)
Los síndromes de Peter Pan y Wendy. (iStock)

Cuando a principios del siglo XX James M. Barrie creó a Peter Pan, el niño que no quería crecer; y a Wendy, la niña que solo quería cuidar a los demás (el propio Peter, sus hermanos, los niños perdidos…), no podría imaginar que de esos personajes, además de una novela, saldrían una serie de roles tipo que definirían algunas personalidades del siglo XXI.

Personalidades y roles que llegan a calificarse como síndromes, por los problemas emocionales que les pueden llegar a suponer o, incluso, les definen. Las mujeres con síndrome de Wendy y los hombres con síndrome de Peter Pan son más habituales de lo que a Barrie jamás se le pasó por la cabeza.

Quienes tienen el síndrome de Wendy —mayoritariamente mujeres— sienten constante y excesiva preocupación por los demás; siempre quieren estar ayudando y cuidando a otros. Se caracterizan también por el miedo a perder el control, así como por preocuparse en exceso por la opinión que los demás tienen de ellas, lo que evidencia que, a menudo, tienen baja autoestima.

Para ellas, ocuparse de las cosas de los demás es una obligación, lo que las lleva a adoptar un rol maternal en las relaciones de pareja. Pero también en el resto de relaciones, en las que se vuelcan por hacer feliz a los otros. Hasta tal punto es así, que llegan a sentirse culpables por las situaciones y emociones negativas que tiene ese a quien cuida e incluso pide perdón por ello.

Cuidar al otro más que uno mismo

"El problema es que, a menudo, lo hacen a costa de sí mismas", afirma Elena Daprá, psicóloga especializada en crecimiento personal. Lo que supone que no sean capaces de resolver sus propios problemas que, de hecho, son incapaces de ver y entender. De hecho, es habitual que piensen que están llevando ese rol porque ellas mismas lo han elegido.

Para salir del rol de Wendy es importante trabajar la autoestima y la imagen propia

Y según Daprá, a menudo es así. En ese caso, asegura la psicóloga, "nadie tiene por qué decirles cómo deben comportarse o cómo deben vivir su vida". Y añade: "Sin embargo, quien se siente atrapada en ese papel, debería hacer el ejercicio de tratar de salir, de cambiarlo".

Salir del rol de la cuidadora perfecta

De hecho, eso es lo que suele suceder con el paso de los años porque, como indica la experta, "Wendy acaba sufriendo un importante desgaste a nivel físico y psicológico que le lleva a plantarse. Entonces, cuando se dan cuenta de lo agotadas que están, piden ayuda para dejarlo de lado".

Conseguir salir de ese papel no es sencillo. La experta recomienda, sobre todo, "trabajar la autoestima, la imagen de sí misma, la relación con su pareja, el entendimiento de lo que es y debe ser una relación de pareja". Pero no solo es un asunto de dos, sino que la persona debe tratar de entender cómo establece los vínculos y qué siente que debe hacer en su relación con los demás: amigos, familiares, compañeros de trabajo.

Así es el niño que no quiere crecer

El síndrome de Peter Pan se atribuye a aquellas personas que "o no saben o no quieren aceptar ni las obligaciones ni las responsabilidades que tienen como adultos". Aunque ellos probablemente no se califiquen con ese nombre de cuento, sí es habitual que sepan "que no están asumiendo ciertas responsabilidades que la sociedad les pide. Porque además siempre hay un familiar, un amigo o una pareja que se lo hace ver".

Foto: (iStock)

Tradicionalmente, el niño que se niega a crecer es hombre, entre otras cosas, por la diferencia en la "educación emocional que se recibe según género, esa que nos lleva a nosotras a madurar antes", señala Elena Daprá. Pero esta afirmación podría estar cambiando: "La sociedad está dando un giro, de modo que cada vez es más frecuente entre mujeres negarse a crecer, debido a los condicionantes culturales y emocionales que vivimos en el siglo XXI".

Cuando a principios del siglo XX James M. Barrie creó a Peter Pan, el niño que no quería crecer; y a Wendy, la niña que solo quería cuidar a los demás (el propio Peter, sus hermanos, los niños perdidos…), no podría imaginar que de esos personajes, además de una novela, saldrían una serie de roles tipo que definirían algunas personalidades del siglo XXI.

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