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Este es el sencillo hábito diario que ayuda a no perder la memoria al envejecer
  1. Bienestar
con mucha energía

Este es el sencillo hábito diario que ayuda a no perder la memoria al envejecer

Si te falta hidratación puedes tener fatiga mental, cambios de humor, dificultad de concentración o problemas de memoria

Foto: istock | El sencillo hábito diario que ayuda a no perder la memoria al envejecer
istock | El sencillo hábito diario que ayuda a no perder la memoria al envejecer

Beber agua, aunque no se tenga sed. Es la recomendación de muchos profesionales de la salud para hacer frente a la deshidratación. ¿La razón? El agua desempeña un papel esencial en la producción de energía cerebral, y la falta de hidratación puede afectar esos niveles de energía, lo que resulta en fatiga mental, cambios de humor, dificultad de concentración, y problemas de memoria y rendimiento cognitivo.

Cualquier persona puede deshidratarse, pero esta afección es especialmente peligrosa para los niños y las personas mayores. Otro factor de riesgo es la actividad física, ya que si no tomas el líquido suficiente y transpiras mucho, puedes tener un golpe de calor. Desde la clínica Mayo, advierten que la gravedad de esta lesión puede variar desde calambres musculares leves hasta agotamiento por el calor o un golpe de calor que puede poner en riesgo tu vida.

Al menos 8 vasos al día

Por ese motivo, un equipo de investigadores de la Unidad de Nutrición Humana de la Universidad Rovira i Virgili (URV), el Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) y el Centre de Recerca Biomèdica Xarxa de Fisiopatologia de l'Obesitat i la Nutrició (CIBERobn) realizó un estudio (publicado en la revista BMC Med en marzo de 2023) para averiguar si existe una relación directa entre el nivel de hidratación y el funcionamiento del cerebro en individuos mayores con sobrepeso u obesidad.

Las personas con problemas de obesidad o de síndrome metabólico con un bajo nivel de hidratación (menos de 0,5 litros al día) presentaron un deterioro de la función cognitiva con el paso del tiempo, sobre todo en hombres. En cambio, los que estaban bien hidratados (consumieron entre un 1 litro y 1,5 litros) aumentaron sus capacidades en distintas pruebas neuropsicológicas.

Foto: La especialista aclara la dudas a través de sus redes sociales (Instagram/@renamalikmd)

Por tanto, la mejor manera para prevenir la deshidratación es tomar agua incluso cuando no se tiene sed o no hay ganas de beber. Lo ideal es beber al menos entre 8 y 10 vasos al día, siendo alguno más si se realiza alguna actividad física. También ayuda el consumir alimentos ricos en agua, como frutas (sandía, fresas) o verduras (lechuga, pepino), ya que pueden aportar un extra para estar correctamente hidratados.

Para finalizar, el Ministerio de Sanidad emitía a principios del mes de junio unas recomendaciones para mantenerse hidratado: "Beba agua y líquidos con frecuencia, aunque no sienta sed y con independencia de la actividad física que realice. Evite las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación".

Todos los beneficios de tomar agua

Además de lo descrito, desde la Clínica Mayo destacan que cada célula, tejido y órgano del cuerpo necesita agua para funcionar correctamente. Por ejemplo, el agua hace posible todo lo siguiente:

  • Elimina los desechos a través de la orina, la transpiración y las deposiciones
  • Mantiene la temperatura en niveles normales
  • Lubrica y amortigua las articulaciones
  • Protege los tejidos sensibles

La falta de agua puede provocar deshidratación, un trastorno que ocurre cuando no hay suficiente agua en el cuerpo para llevar a cabo las funciones normales. Incluso una deshidratación leve puede agotar tu energía y causarte cansancio.

Beber agua, aunque no se tenga sed. Es la recomendación de muchos profesionales de la salud para hacer frente a la deshidratación. ¿La razón? El agua desempeña un papel esencial en la producción de energía cerebral, y la falta de hidratación puede afectar esos niveles de energía, lo que resulta en fatiga mental, cambios de humor, dificultad de concentración, y problemas de memoria y rendimiento cognitivo.

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