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¿Qué es un linfoma? Estos son sus síntomas, causas, pronóstico y tratamiento
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¿Qué es un linfoma? Estos son sus síntomas, causas, pronóstico y tratamiento

Se estima que en 2021 se diagnosticaron 1.298 casos de linfoma de Hodgkin en España, que supone el 20% de todos los linfomas

Foto: Representación de células con linfoma. (iStock)
Representación de células con linfoma. (iStock)

El linfoma, un tipo de cáncer de sangre, en concreto del sistema linfático, se clasifica en dos grandes tipos: el linfoma de Hodgkin y los linfomas no hodgkinianos (o no Hodgkin).

El tejido linfoide se encuentra fundamentalmente en los ganglios linfáticos, por lo que los linfomas se caracterizan, generalmente, por la presencia de ganglios linfáticos de tamaño aumentado. Sin embargo, también hay células linfoides en otros muchos órganos, por lo que los linfomas pueden afectar al tubo digestivo, al bazo, al hígado, al pulmón, a la médula ósea, etc. La incidencia de esta patología es elevada, ya que cada año se diagnostican en España 5.000 nuevos casos en adultos mayores de 40 años.

De acuerdo con los datos del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, se estima que en 2021 se diagnosticaron 1.298 casos de linfoma de Hodgkin en España, que supone el 20% de todos los linfomas. La incidencia del linfoma de Hodgkin es ligeramente mayor en hombres que en mujeres (768 casos diagnosticados en hombres en España en 2021 frente a los 529 casos diagnosticados en mujeres).

Síntomas

En general, los linfomas se presentan como ganglios linfáticos aumentados de tamaño, que cuando aparecen en zonas accesibles como cuello, axilas o ingle se pueden palpar evidenciando su tamaño. Sin embargo, no todo aumento de ganglio tiene su origen en un linfoma. Existen diversas infecciones y otras enfermedades que provocan un aumento de ganglios linfáticos. Por ello, es importante acudir al especialista y, en caso de duda, realizar una biopsia.

En ocasiones, los ganglios afectados están muy internos (abdomen, mediastino...) y pueden pasar desapercibidos, por lo que el diagnóstico es más difícil y solo se consigue cuando aparecen otros síntomas (fiebre, sudoración nocturna, cansancio, pérdida importante de peso, prurito...), que obligan a realizar estudios más exhaustivos. Desde la Clínica de la Universidad de Navarra (CUN), explican que los síntomas más habituales son: fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso o palpación de adenopatías.

Causas

Actualmente, se desconoce la causa que origina los linfomas, que suponen el 84% de todas las enfermedades neoplásicas hematológicas. Sin embargo, se ha constatado que el linfoma de Hodgkin es más común entre personas de 15 a 35 y de 50 a 70 años de edad. Uno de los motivos por los que podría aparecer este linfoma podría estar asociado con una infección pasada con el virus de Epstein-Barr (VEB). Por otro lado, los pacientes con infección por VIH presentan un mayor riesgo de contraer la enfermedad que la población general.

Por su parte, los linfomas no Hodgkin, aunque pueden aparecer a cualquier edad, tienen una incidencia de menos del 5% en niños. La mayoría de los subtipos aumentan su frecuencia con la edad, siendo la media de aparición los 65 años. Resulta algo más frecuente en varones y las causas son desconocidas.

Pronóstico

En cuanto al pronóstico, se tiende a diferenciar en cada caso, teniendo en cuenta la variedad de linfoma, su extensión y las posibilidades terapéuticas en cada paciente concreto.

Los linfomas son unos de los tumores cuya incidencia va en aumento, sobre todo la de los linfomas no hodkinianos, aunque se desconoce cuáles son las causas de este incremento. Sin embargo, también se encuentran entre los tumores con más opciones terapéuticas y, teniendo en cuenta su diversidad, entre los que más posibilidades de curación tienen actualmente.

Tratamientos

Los tratamientos para el linfoma dependen de la persona y el tipo de enfermedad. El objetivo del tratamiento es destruir tantas células cancerosas como sea posible y llevar la enfermedad a la remisión.

Entre los tratamientos para el linfoma que especifica la Clínica Mayo, destacan los siguientes:

-Quimioterapia. La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células de rápida proliferación, como las células cancerosas. Los medicamentos generalmente se administran a través de una vena, pero también se pueden tomar en forma de pastilla, dependiendo de los medicamentos específicos que se reciban.

-Radioterapia. La terapia de radiación utiliza haces de energía de alta potencia, como rayos X y protones, para destruir las células cancerosas.

Foto: Foto de archivo. (EFE/Luis Eduardo Noriega A.)

-Trasplante de médula ósea. Un trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de células madre, implica el uso de altas dosis de quimioterapia y radiación para suprimir la médula ósea. Luego, las células madre sanas de la médula ósea de tu cuerpo o de un donante se infunden en tu sangre donde viajan a tus huesos y reconstruyen tu médula ósea.

-Otros tratamientos. Otros medicamentos utilizados para tratar el linfoma incluyen medicamentos con diana específica que se enfocan en anormalidades específicas en las células cancerosas. Los medicamentos de inmunoterapia utilizan el sistema inmunitario para destruir las células cancerosas. Un tratamiento especializado llamado terapia con linfocitos T con receptor quimérico para el antígeno (CAR, por sus siglas en inglés) toma las células T que combaten los gérmenes del cuerpo, las diseña para combatir el cáncer y las infunde de nuevo en el organismo.

El linfoma, un tipo de cáncer de sangre, en concreto del sistema linfático, se clasifica en dos grandes tipos: el linfoma de Hodgkin y los linfomas no hodgkinianos (o no Hodgkin).

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