Menú
Así afecta el cambio climático a tu salud cardiovascular
  1. Bienestar
'¿QUÉ ME PASA, DOCTOR?'

Así afecta el cambio climático a tu salud cardiovascular

Los veranos cada vez son más tórridos y llueve menos. El nivel del mar sube porque hay deshielo y se produce un efecto invernadero. ¿Cómo afecta el cambio climático a nuestra salud cardiovascular?

Foto: Así afecta el cambio climático a tu salud cardiovascular. (iStock)
Así afecta el cambio climático a tu salud cardiovascular. (iStock)

Mi buen amigo Luis niega el cambio climático siempre que sale el tema. Cree que es "una invención de científicos que exageran", y que "hace cien años también había sequías, inundaciones y olas de calor extrema". Cómo será sus ganas de argumentación al respecto que, sabiendo que he estado recientemente de vacaciones en Venecia, el otro día me ha preguntado si la notaba más hundida de lo normal, con toda su mejor ironía. En su defensa diré que todo en ciencia se puede argumentar, y que siempre tiene que haber una opinión disonante para darle fuerza a una teoría. De cualquier manera, estés a favor o en contra de la teoría del cambio climático, hay situaciones climatológicas que, nadie lo puede negar, alteran la salud del ser humano.

Ahora bien, siendo la enfermedad cardiovascular la principal causa de mortalidad a nivel mundial, ¿cómo le afecta (si es que lo hace) el cambio climático a nuestro corazón? La exposición a factores estresantes ambientales, como temperaturas extremas y huracanes, está asociada a una mayor morbilidad y mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Los más afectados suelen ser los de siempre: los ancianos y los pertenecientes a grupos minoritarios y más pobres (recuerden el desastre del huracán Katrina en New Orleans, por ejemplo).

Pero también el cambio climático puede aumentar el riesgo al causar estrés, depresión o angustia. No olvidemos que cualquier cataclismo provoca grandes alteraciones en las infraestructuras relacionadas con la salud. ¿Recuerdan a Filomena? El esfuerzo que hubo que hacer para el traslado emergente de pacientes durante aquella semana fue épico y sin parangón. Muchos médicos tuvieron que quedarse el sábado en el hospital y doblar la guardia porque sus sustitutos eran incapaces de responder al relevo, y las ambulancias se las vieron y se las desearon para llegar a los domicilios donde eran requeridas. Es evidente que todos estos escenarios perjudican la salud y empeoran al ciudadano que está enfermo.

Volviendo al tema en cuestión: ¿por qué se produce el cambio climático? La combustión de combustibles fósiles (y otras actividades humanas) en el último siglo y medio han aumentado las concentraciones atmosféricas de los gases denominados "de efecto invernadero" puesto que atrapan el calor. Se tratan, entre otros, del dióxido de carbono y del metano, y provocan lo que conocemos como cambio climático, que incluye perturbaciones de los ecosistemas, aumento del nivel del mar y calentamiento global del planeta (la tierra es un grado y medio más caliente que a finales del siglo XIX, aunque eso, Luis, también lo niegue).

Foto: El cambio climático se ha convertido en una amenaza directa a la salud de millones de personas en todo el mundo. (EFE/Jagades Nv)

¿Por qué puede afectar a nuestra salud cardiovascular? Porque la exposición a factores ambientales estresantes produce cambios fisiológicos. Por ejemplo, con exposición al calor extremo, aumenta la frecuencia cardíaca y la viscosidad del plasma, y también se puede producir inflamación pulmonar por la inhalación de partículas suspendidas en el aire. El aumento del estrés y la ansiedad que producen los fenómenos meteorológicos extremos también alteran el aparato cardiovascular. Al igual que con cualquier guerra o desastre civil, los efectos socioeconómicos a largo plazo del cambio climático pueden afectar de forma negativa a la salud cardiovascular. Por ejemplo, se cree que los cambios en los patrones de precipitaciones, el aumento de las temperaturas y la invasión del agua salada en los acuíferos reducirán la productividad agrícola mundial y, a su vez, provocarán una inseguridad alimentaria que comprometería la calidad de nuestra nutrición (y, por tanto, nuestra salud cardiovascular). El aumento del nivel del mar puede modificar las infraestructuras del transporte sanitario, así como el acceso y la prestación de cuidados médicos.

Todas estas teorías están muy bien, diría mi amigo Luis, pero, ¿cuál es la evidencia real? Este mes la revista JAMA Cardiology publica una revisión sistemática sobre este tema que no deja a nadie indiferente. Se trata de un trabajo arduo en el que dos investigadores examinaron, de forma independiente, más de veinte mil artículos científicos, de los que seleccionaron quinientos que cumplían los criterios previamente establecidos. En la mayoría de los trabajos, la exposición al calor extremo se asoció a una mayor mortalidad cardiovascular. Por ejemplo, en un estudio estadounidense, cada día adicional de exposición a una temperatura superior a 90 °F [32,2 °C] aumenta un 0,12% en la mortalidad cardiovascular mensual en adultos jóvenes. Otros autores encontraron resultados similares analizando las temperaturas de ciudades de 27 países diferentes, donde el calor extremo se asociaba con un mayor riesgo de morir por cualquiera de las siguientes enfermedades cardiovasculares (cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular, o insuficiencia cardíaca). Hubo estudios que examinaron las olas de calor (consideradas como períodos sostenidos de temperatura alta de 2 o más días), y en la mayoría de ellos confirmaban una asociación del calor extremo con mayor mortalidad cardiovascular.

Todos los veranos suelen fallecer enfermos crónicos, ancianos o desfavorecidos socialmente, e incluso, algún trabajador ha muerto recientemente por trabajar en condiciones extremas, circunstancia esta última que debe ser fuertemente reprochada a las instituciones públicas. Ser varón, mayor de 65 años, pertenecer a poblaciones minoritarias raciales, tener afecciones cardiacas o pulmonares previas y trabajar al aire libre son factores de riesgo de enfermedad cardiovascular ante la exposición al calor, concluyen los investigadores.

Foto: Las olas de calor podrían regresar aún con más fuerza (EFE/M.Guzmán)

Aunque se prevé que el cambio climático aumentará los episodios de calor extremo a nivel mundial, de manera paradójica, algunas regiones experimentarán un descenso de la temperatura debido al derretimiento del hielo ártico, los cambios atmosféricos y las corrientes oceánicas. En este sentido, los dos investigadores del artículo del JAMA también encontraron asociaciones entre la exposición al frío y la mortalidad cardiovascular, pero los resultados no parecen tan concluyentes, a no ser en olas de frío, consideradas estas como períodos de 2 o más días con temperaturas bajo cero. Una vez más, las diferencias en los resultados atendiendo al nivel socioeconómico eran evidentes, aunque parecieron ser menos acusadas que las producidas por la exposición al calor.

¿Qué pasa con el ozono que se produce con el cambio climático? Las altas temperaturas aumentan la producción a nivel del suelo al acelerar reacciones fotoquímicas que involucran óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles. En diversos estudios se han identificado una asociación con mayor mortalidad por enfermedades cardiovasculares. En pacientes con un infarto de miocardio previo, la exposición al ozono se asoció con un mayor riesgo de volver a tener un evento similar en el futuro, y/o mayor probabilidad de tener síntomas, aunque estos resultados deben tomarse con cautela, puesto que otro estudio similar no alcanzó tales conclusiones.

Esperemos que todos aquellos que tienen trabajadores bajo su responsabilidad, tengan en cuenta el peligro de la exposición al calor

En definitiva, creamos o no en el cambio climático, hay factores medioambientales extremos que pueden producir alteraciones muy importantes de salud. Por eso mismo, de cara al calor que no tardará mucho ya en llegar, es importante evitar la exposición a temperaturas extremas, e hidratarse convenientemente. Consejos que nos dan hasta en la sopa durante estas fechas en telediarios y periódicos, pero que es necesario repetir a los despistados y los obtusos, y que hay que tener presente en todo momento. Y por supuesto, esperemos que todos aquellos que tienen trabajadores bajo su responsabilidad, tengan en cuenta el peligro de la exposición al calor extremo durante las jornadas laborales.

No tengo duda que este artículo estimulará a mi amigo Luis y reactivaremos el debate con toda la pasión que merece. Pues claro que sí. Para eso están los amigos, para respetar las ideas propias y para disfrutar de momentos intensos, pero también divertidos. Y si va a llegar el deshielo o la desertización planetaria, que nos pille tomando una cerveza con la gente a la que queremos.

Que se mejoren.

Mi buen amigo Luis niega el cambio climático siempre que sale el tema. Cree que es "una invención de científicos que exageran", y que "hace cien años también había sequías, inundaciones y olas de calor extrema". Cómo será sus ganas de argumentación al respecto que, sabiendo que he estado recientemente de vacaciones en Venecia, el otro día me ha preguntado si la notaba más hundida de lo normal, con toda su mejor ironía. En su defensa diré que todo en ciencia se puede argumentar, y que siempre tiene que haber una opinión disonante para darle fuerza a una teoría. De cualquier manera, estés a favor o en contra de la teoría del cambio climático, hay situaciones climatológicas que, nadie lo puede negar, alteran la salud del ser humano.

Salud Consultas Externas
El redactor recomienda