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¿Es lo mismo fumar que consumir productos de nicotina sin humo? Un cirujano lo explica
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¿Es lo mismo fumar que consumir productos de nicotina sin humo? Un cirujano lo explica

Disminuir drásticamente el número de fumadores es una prioridad de las autoridades sanitarias de todo el mundo y lograrlo pasa por ofrecer alternativas al consumo convencional del tabaco. En la práctica no es tan sencillo

Foto: Un estanco portugués. (Foto: Efe/ Carlota Ciudad)
Un estanco portugués. (Foto: Efe/ Carlota Ciudad)

El tabaco es una de las mayores amenazas para la salud pública. Las cifras que maneja la OMS son alarmantes: en el mundo hay 1.300 millones de fumadores, un hábito que está detrás de 8 millones de defunciones cada año y, de estos, 1,4 millones de fallecidos son no fumadores expuestos al humo del tabaco. Nadie duda de que esta situación exige implementar medidas capaces de frenar la pandemia de tabaquismo y desde hace décadas se diseñan estrategias antitabaco, como el Plan para el Control del Tabaco de la OMS hasta el empaquetado genérico y la prohibición de fumar en espacios públicos, entre otras.

Las medidas disuasorias han resultado exitosas en algunos fumadores, aunque, otros muchos han persistido en el hábito. En una nueva vuelta de tuerca para reducir el consumo de cigarrillos, ha emergido el concepto de reducción del daño, que defiende el uso de alternativas sin combustión (tabaco calentado, cigarrillos electrónicos o snus) como una vía para lograr la cesación tabáquica. Aun así, estas opciones cuentan con una fuerte oposición por parte de las autoridades sanitarias - la nueva ley antitabaco española equipara las alternativas sin humo a los cigarrillos -y el 70% de los médicos también los rechaza.

Foto: Mesa de debate Casos de éxito contra el tabaquismo: lecciones para España'.

Por su parte, hay grupos de científicos y de consumidores que defienden estas alternativas y arremeten en contra de los vetos impuestos sin tener en cuenta toda la evidencia científica que existe en torno a estos productos. Durante el 11 Foro Mundial sobre Nicotina, celebrado en Varsovia, buena parte de las críticas han recaído en la OMS. Para el doctor Garret McGovern, especialista en adicciones y director médico de la Priority Medical Clínic de Dublín, "su postura sumamente negativa sobre los cigarrillos electrónicos es sorprendente, carente de pruebas y aumenta el riesgo de daño para las personas que fuman", sobre todo teniendo en cuenta que la autoridad sanitaria mundial “ha dado un apoyo incondicional a la reducción del daño de las drogas”.

McGovern ha insistido en que "la reducción del daño es la piedra angular de todo lo que se hace en medicina. No hay muchas cosas en medicina que se puedan curar, y todo lo que se puede hacer es reducir la sintomatología (y no se debería poner difícil). Pero con este tema, por alguna razón, lo estamos dificultando".

Postura de la OMS y de la UE

Especialmente duro con la OMS ha sido el profesor Tikki Pangestu, de la Universidad Nacional de Singapur y exdirector de Política de Investigación y Cooperación de la OMS, quien ha confesado que está “muy decepcionado por la postura que ha adoptado la OMS sobre la reducción del daño, especialmente porque muchos países de renta baja y media recurren a las directrices de la OMS, careciendo de capacidad para evaluar objetivamente las pruebas y tomar sus propias decisiones políticas”.

El director general solo se abrirá a debatir nuevas propuestas para el control del tabaquismo si los países miembros exigen un cambio

Según Pangestu, la OMS “protegerá a toda costa su Convenio Marco para el Control del Tabaco”, y su director general solo se abrirá debatir nuevas propuestas si “los países miembros exigen un cambio”, y ha señalado el poder que pueden tener los países más avanzados, como Reino Unido, Nueva Zelanda, Japón y otros más pequeños, que “deben manifestar colectivamente al director general que es necesario un debate más abierto y objetivo sobre esta cuestión”.

placeholder Cajetillas de tabaco genéricas para todas las marcas, que contienen imágenes alusivas a los peligros del tabaco, en París. (EFE/ Ian Langsdon)
Cajetillas de tabaco genéricas para todas las marcas, que contienen imágenes alusivas a los peligros del tabaco, en París. (EFE/ Ian Langsdon)

Europa tampoco se ha librado de las críticas; concretamente, la prohibición de algunos productos, la fiscalidad y el empaquetado genérico para cigarrillos y otros productos de la nicotina que deberá abordar el nuevo Parlamento Europeo. El doctor Clive Bates, experto en políticas de tabaco, ha expresado que “cuesta creer que la UE tome en serio la lucha contra el cáncer. Si es así, tiene que tomarse muy en serio la guerra contra el cigarrillo, y eso significa echar mano de todos los medios posibles para ayudar a la gente a dejar de fumar, incluidos los vápers, las bolsitas de nicotina, el tabaco calentado y el snus”. En su opinión, “las instituciones de la UE malgastan demasiada energía tratando de impedir que la gente utilice estos productos para dejar de fumar”.

"La burocracia de la UE debería reconocer que los productos novedosos representan una oportunidad, no una amenaza"

"La burocracia de la UE debería reconocer que los productos novedosos representan una oportunidad, no una amenaza, pero por desgracia, parece cautivada por los grupos de presión que detestan la innovación y se resisten al cambio", ha dicho Bates.

Todas las vías están abiertas

Entre las voces más firmes que se han alzado está la del doctor Fernando Fernández Bueno, cirujano oncológico del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla, de Madrid, quien ha resaltado que es necesario abrirse a explorar todas las vías posibles para ayudar a los pacientes fumadores a dejar de fumar, y la reducción del daño es una de ellas. ”La experiencia ha demostrado que la cesación y la prevención por sí solas no son suficientes y conformarse con los resultados actuales no puede ser el camino”.

Foto: Dejar de fumar. (iStock)

El también portavoz de la Plataforma para la reducción del tabaquismo ha subrayado que el empleo de las alternativas sin humo son más seguras que fumar cigarrillos convencionales y “más de 5.000 publicaciones y estudios científicos avalan que los nuevos productos son menos dañinos y que pueden ayudar de una manera organizada y regulada a reducir el tabaquismo”.

Fernández Bueno ha insistido en que “lo mejor y más seguro es no fumar ni consumir nicotina”, pero es algo utópico, porque hay personas que no logran dejar el hábito ni con fármacos (“la cisticina es eficaz”, también la vareniclina), ni con los parches de nicotina ni con otros procedimientos. Además, otros fumadores, por su condición médica (pacientes psiquiátricos, embarazadas, polimedicados u obesos) no son candidatos a terapia farmacológica para dejar el tabaquismo, y en estos, “las nuevas alternativas de nicotina son una buena opción”.

"Entre los consumidores de snus no hay bronquitis, ni EPOC ni problemas cardiovasculares. El daño endotelial lo produce el monóxido de carbono que se genera en la combustión"

El cirujano español ha defendido la seguridad de estos productos, hasta el extremo de que “en los consumidores de snus de Suecia, que llevan más de 20 años de uso, no hay ni bronquitis, ni EPOC, ni problemas cardiovasculares. Es decir, el daño endotelial lo produce el monóxido de carbono que se genera en la combustión”.

Muertes por 'nicotinosis'

¿Y qué pasa con otros tipos de cáncer relacionados con la nicotina? Su respuesta es tajante: “La nicotina no es la causa de la muerte de los pacientes; es el humo del tabaco. No hay muertos en el mundo por nicotinosis”, ha enfatizado. Además, ha asegurado que “en el congreso de la Asociación Americana de Oncología (ASCO), el cirujano Kennet Warner presentó un estudio sobre acroleínas en fumadores, en ex fumadores de tabaco que se habían pasado al cigarrillo electrónico y personas que habían dejado de fumar totalmente, y no se observaron diferencias importantes en los tres grupos”.

“Lo importante es hacer que los fumadores dejen de hacerlo, pero hay que darles opciones”

La lucha de Fernández Bueno es que no se niegue la evidencia científica sólida, y “para quien piense que los estudios sobre la seguridad de los nuevos productos de nicotina no son independientes, propongo que promuevan nuevos trabajos, doble ciego, y opinen en función del resultado”.

Para el cirujano, “lo importante es hacer que los fumadores dejen de hacerlo, pero hay que darles opciones”, unas alternativas que existen y tienen aval científico. Sin embargo, “ni los propios médicos conocen qué ofrecen los productos libres de humo, porque yo creo que el tabaco no le interesa a los médicos, con excepción de los neumólogos (que quieren tener el control absoluto del tabaco, pero tampoco han hecho grandes cosas en los últimos años).

Y mientras el debate entre partidarios de alternativas al cigarrillo convencional y detractores sigue abierto, las industrias del tabaco, aseguran, quieren acabar para siempre con el hábito de fumar, incluidas cualquier forma de tabaquismo, aunque eso signifique el fin de su actividad actual y un viraje hacia el mundo de la salud. ¿Su aspiración? Aprovechar los dispositivos para el vapeo y tabaco calentado y ‘reciclarlos’ como una nueva vía de administración de fármacos. El tiempo lo dirá.

El tabaco es una de las mayores amenazas para la salud pública. Las cifras que maneja la OMS son alarmantes: en el mundo hay 1.300 millones de fumadores, un hábito que está detrás de 8 millones de defunciones cada año y, de estos, 1,4 millones de fallecidos son no fumadores expuestos al humo del tabaco. Nadie duda de que esta situación exige implementar medidas capaces de frenar la pandemia de tabaquismo y desde hace décadas se diseñan estrategias antitabaco, como el Plan para el Control del Tabaco de la OMS hasta el empaquetado genérico y la prohibición de fumar en espacios públicos, entre otras.

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