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Historia de quirófano VII: consejos para seguir en casa después de una operación
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'¿QUÉ ME PASA, DOCTOR?'

Historia de quirófano VII: consejos para seguir en casa después de una operación

Al ser un mundo desconocido, el quirófano es fuente de tópicos, leyendas y elucubraciones. Solo los que trabajamos en él, sabemos lo que pasa dentro

Foto: Consejos para pasar un buen posoperatorio. (iStock)
Consejos para pasar un buen posoperatorio. (iStock)

"¡Por fin ha llegado el día! Me dan el alta, a casa después de mi intervención. Son muchas las dudas que me asaltan, pero mi cirujano me las resolverá antes de que me dé el informe de alta… o eso espero".

Esta reflexión se la hacen todos y cada uno de los tres millones y medio de pacientes que se operan al año en nuestro país. Por un lado, está el sentimiento de alegría por haber finalizado el proceso quirúrgico de manera satisfactoria, pero, por otro, surgen los miedos a que nos pase algo malo en casa: ¿no sería mejor esperar unos días más antes del alta?, ¿qué es bueno y qué no es bueno para acabar de recuperarme? Aunque es normal tener tanta duda, nadie debe apurarse. Veamos una serie de consejos útiles para aquellos quienes se enfrentan a la vida real después de haberse sometido a una intervención.

En primer lugar, todo aquel que tiene alta ha de saber que uno no se va a casa porque esté completamente restablecido, sino que lo hace para finalizar la recuperación en su domicilio. Los hospitales no son tan buenos como puede parecer a priori, y cuanto antes los abandonemos mejor (por ejemplo, hay microorganismos resistentes que producen infecciones que luego son difíciles de erradicar). Además, después de estar una semana o diez días ingresado, el estrés psicológico se va acumulando en el enfermo, y en su familia también. Las noches son difíciles (sobre todo si la habitación es compartida y tu compañero ronca o se desorienta), y los días pasan lentos y aburridos, en mayor medida cuanto más restablecido te encuentras. Por eso, llegado el momento, el paciente debe volver a su cama, donde descansará mejor, en su ambiente y rodeado de sus propios enseres. El alta es muy necesaria por higiene mental, pero también para coger aire fresco y para salir a la calle periódicamente. Es importante pasear y retomar las actividades cotidianas.

Muchos a los que se les da el alta tienen miedo y creen que es mejor esperar unos días "por si acaso". Es el momento en el que el cirujano tira de galones y explica que es él el responsable máximo de la decisión y que es normal sentir recelo a salir del hospital, pero que es un paso que hay que dar, y que ese día ha llegado. Ahora bien: todo en esta vida puede acontecer, por lo que se ha de explicar convenientemente que, a pesar de que se va en buenas condiciones, puede sentirse mal en algún momento. En ese caso deberá acudir al hospital, pero, y esto es importante, deberá hacerlo al que esté más cerca de su domicilio. Se han dado casos de pacientes que se han embarcado en largos viajes para acudir al centro donde se le realizó la intervención en vez de procurar asistencia inmediata, con resultados catastróficos. Evitémoslo.

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Una de las dudas más habituales tiene que ver con la cicatriz y los puntos. Que nadie se apure: recibirán instrucciones pertinentes al respecto, y en el informe aparecerá el día señalado para su retirada. Normalmente, no es necesario ir al hospital para ello porque en el centro de salud de su área de residencia hay gabinetes con personal cualificado para tal cometido. ¿Puede ducharse con la herida? Si no hay contraorden por alguna situación especial, ¡por supuesto! Si aún tienen puntos o grapas, no conviene frotar la herida para evitar algún incidente (que se produzca, por ejemplo, la falta de coaptación de los bordes quirúrgicos), por lo que es conveniente dejar correr el agua sin más historia. Si no hay grapas, la herida ha de considerarse como cicatrizada y no precisará de más tratamiento, pero tampoco nos pongamos a frotar como si no hubiera un mañana, por favor.

Los diabéticos deben tener buen control de sus glucemias para que la cicatrización sea la más efectiva posible. Corrijo; deben tener buen control siempre, pero aún más cuando están imbuidos en un proceso quirúrgico. Es muy importante también porque así reduciremos la posibilidad de que la herida no se infecte. El tratamiento de una infección quirúrgica es lento, farragoso y, en ocasiones, precisa de hospitalización para tratamiento con antibiótico endovenoso. Debemos evitarlo a toda costa.

placeholder Apósito. (iStock)
Apósito. (iStock)

Estoy en casa: ¿cómo sé que la herida está infectada? Las señales que tendremos que vigilar son el enrojecimiento, calor, hinchazón y el dolor de la zona (pueden ser parte del proceso normal de sanación o pueden ser el inicio de problemas). Aunque no es necesario ir corriendo de madrugada a urgencias, es conveniente que un médico le eche un vistazo por la mañana. En el caso de que, además de lo anterior, exista salida de material purulento (un líquido lechoso maloliente), y se acompañe malestar y de fiebre o tiritona, entonces deberán acudir a que le vean lo antes posible. Les recuerdo que debemos considerar como fiebre preocupante a partir de 38 grados, y que tener unas décimas después de una cirugía (lo llamamos "febrícula" en el argot médico), puede no significar nada. Esa febrícula se podrá controlar perfectamente con paracetamol a las dosis que le indique su cirujano, después de comprobar que no hay males mayores.

Otra de las preguntas habituales de quien se va a casa está en relación con la medicación que debe tomar. En general, el cirujano habrá añadido la medicación relacionada con su intervención a los otros fármacos que el paciente toma de manera crónica. Es conveniente contrastar toda la información a este respecto entre paciente y facultativo para evitar errores y/o duplicidad de medicación.

¿Puedo esforzarme? ¿Cuánto debo caminar? ¿Puedo hacer la comida? ¿Puedo cargar pesos?

Es normal que la herida pueda doler. Por experiencia les digo que las cirugías no suelen doler tanto como se idealiza en el imaginario popular (normalmente son molestias u hormigueos), pero en determinados casos sí pueden ser dolorosas hasta que culmina la cicatrización interna. Todos tenemos un umbral de tolerancia al dolor diferente, y por ese motivo la analgesia debe estar adaptada a cada uno. Es muy frecuente que los pacientes cometan el siguiente error: esperar a que duela para tomar el analgésico pautado. Se deben tomar las pastillas del dolor de manera fija para evitar que este aparezca, y no hacerlo cuando está instaurado (lo que produce la irremediable limitación de la actividad programada para ese día y, por tanto, la progresión de la recuperación).

¿Puedo esforzarme? ¿Cuánto debo caminar? ¿Puedo hacer la comida? ¿Puedo cargar pesos? Son múltiples las variables que generan dudas en un recién operado. Un transportista te preguntará que si puede coger cajas, y un corredor de bolsa que si ya puede retomar su estresante actividad profesional. Es complicado para el cirujano resolver todas con la exactitud que se exige. La mejor regla (al menos, para mí, la que más me ha funcionado), es la de apelar al sentido común, intentando aplicarlo en todas y cada una de las posibles facetas en las que existan dudas. "Retome su actividad de manera progresiva, con cabeza, sin forzar, pero también sin decaer en la progresión diaria", suelo recomendar. Incluyo como ejemplo la preparación de los atletas olímpicos, los cuales intentan cada día progresar un poco más que la víspera. ¡Ojo!, al retomar actividad puede sobrevenir dolores de grupos musculares que hace tiempo que no se usan y que no tienen nada que ver con la cirugía. Es importante discernir si están o no en relación con la intervención. Lo cierto es que casi todos recién operados son capaces de diferenciarlo y nos ayuda a los médicos a saber qué está pasando.

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En relación con los hábitos dietéticos, en vez de ir de alimento en alimento, suelo resumir las dudas con la siguiente frase: "limítese a mantener unos hábitos alimenticios saludables". Dudo mucho que haya alguien en el siglo XXI que desconozca qué debemos (y qué no) comer a diario. Nuestro país hace gala de una dieta mediterránea saludable como sabemos, puesto que nos lo encontramos hasta en la sopa, nunca mejor dicho. Este consejo no invalida que (solo de vez en cuando) se pueda comer alimentos grasos o de alto contenido calórico. Pero, no todos los días pueden ser fiesta. El secreto del éxito está en tener una vida ordenada, tanto en los hábitos alimenticios, como en la vida en general. En caso de duda, recurrir nuevamente al sentido común también es una buena maniobra. Por ejemplo: ¿qué nos aportan las bebidas carbonatadas? Solo nos hincharán la tripa y no nos va a favorecer en nada. ¿Es realmente necesaria esa coca-cola que, creemos, nos refresca? La mejor hidratación la proporciona el agua que, por otro lado, es la bebida con menos calorías que existe.

Hay una duda que muy pocos preguntan, pero que todos tienen ¿Puedo mantener relaciones sexuales? La respuesta no puede ser más clara: sí, siempre y cuando no se fuerce la máquina. La sexualidad es una cuestión tan dispar como personal, pero hay muchas maneras de tener relaciones sexuales que no exigen un esfuerzo supremo. Usemos, una vez más, el sentido común y adoptemos la situación a nuestras circunstancias. Ya llegará el momento de grandes despliegues físicos cuando nuestras fuerzas estén recobradas.

"Siempre hay alguien que se ha operado, se va a operar, o han operado a alguien muy cercano"

Para finalizar, antes de ir para casa, es importante comprobar que están las citas de revisión. Nos volveremos a ver semanas después, a ver cómo va la cosa. No hay nada más gratificante para un cirujano que ver en consulta postoperatoria a un paciente operado que está recuperado y agradecido.

Hace poco alguien me dijo que "siempre hay alguien que se ha operado, se va a operar, o han operado a alguien muy cercano". Espero que, a todos ellos, estos consejos les sean de utilidad.

Seguiremos informando.

"¡Por fin ha llegado el día! Me dan el alta, a casa después de mi intervención. Son muchas las dudas que me asaltan, pero mi cirujano me las resolverá antes de que me dé el informe de alta… o eso espero".

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