Cómo afecta el calor a tu cerebro: de los problemas de memoria a una mayor agresividad

Los meteorólogos avisan de que el verano de 2024 va a ser uno de los más calurosos de los últimos años. Las previsiones indican que las temperaturas alcanzarán niveles significativamente altos en toda la península ibérica. Los meses de junio, julio y agosto se esperan sofocantes en toda España, pero las temperaturas serán especialmente extremas en el interior, donde prevén que los valores puedan superar los umbrales de calor para esta época del año.

Todo el mundo conoce cómo estas temperaturas traen consigo riesgos para la salud de las personas, pero menos conocido es cómo puede afectar al cerebro. Y es que los mercurios elevados no solo nos agotan físicamente, sino que también nos despistan, vuelven agresivos, impulsivos o aburridos.

Cómo afecta a la cognición

Numerosos estudios han demostrado que la capacidad cognitiva desciende a medida que la temperatura sube. Una investigación descubrió que un aumento de cuatro grados en una sala donde se estaba realizando un experimento provocaba un descenso medio del 10% en el rendimiento en pruebas de memoria, del tiempo de reacción y la acción que tenían que realizar.

Otro estudio, realizado por expertos de la Universidad de Pensilvania, analizó los resultados de los exámenes de secundaria y descubrió que las notas bajaban un 0,2% por cada grado por encima de los 22 °C. Puede que no parezca mucho, pero puede suponer mucho para los estudiantes que se examinan en una habitación sin aire acondicionado durante una ola de calor.

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En otro análisis descubrieron que cuantos más días calurosos por encima de la media había durante el curso escolar, peores resultados obtenían los alumnos en los exámenes, especialmente cuando el termómetro superaba los 26 grados. Cree que esto puede deberse a que la mayor exposición al calor afectaba al aprendizaje de los alumnos durante todo el año.

Por qué nos vuelve agresivos

Varios estudios científicos han demostrado la relación entre el calor y la agresividad: los días calurosos se producen más asesinatos, agresiones y episodios de violencia doméstica.

Pero esta relación no solo se ha dado en los actos más extremos, también sucede con actos no violentos. Un análisis publicado en The Lancet recoge que cuando sube la temperatura, la gente es más propensa a incitar al odio en internet y a tocar el claxon en el tráfico. En la misma línea, otro experimento demostraba que las personas actúan con más rencor si juegan a un videojuego en una habitación con la temperatura elevado.

Todo esto se debe a la conocida como agresión reactiva (una respuesta ante algún tipo de amenaza o provocación, real o percibida, a la que suelen acompañar manifestaciones de cólera o ira), la cual es bastante sensible al calor. Los expertos creen que esta aumenta por el efecto del mercurio sobre la cognición, en particular la disminución del autocontrol.

Qué ocurre en el cerebro

Los expertos no saben exactamente por qué el calor afecta a nuestra cognición y nuestras emociones, pero hay algunas teorías.

Una de ellas es que los recursos del cerebro se desvían para mantenernos frescos, dejando menos energía para todo lo demás. De este modo, si se destina toda la sangre a partes del cerebro que se centran en la termorregulación, podría ser que no llegase la suficiente a la parte encargada de algunas funciones cognitivas.

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El efecto del calor sobre el sueño también podría influir. Los estudios han demostrado que cuanto más calor hace, más se interrumpe el sueño, afectando la falta de descanso a las capacidades del cerebro.

Para evitar todos los efectos negativos, las recomendaciones de los expertos pasan por permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, beber agua con frecuencia, reducir la actividad física y usar ropa ligera, entre otras.