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El programa que demuestra que sí se puede (y es una buena idea) hacer cribado del cáncer de pulmón
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El programa que demuestra que sí se puede (y es una buena idea) hacer cribado del cáncer de pulmón

No existe en la sanidad pública una estrategia para detectar precozmente tumores de pulmón, a pesar de su frecuencia y mal pronóstico. El Hospital Universitario General de Cataluña tiene un programa para fumadores y exfumadores de eficacia probada

Foto: El TAC de baja dosis es una prueba eficaz para detectar tumores pequeños. (iStock)
El TAC de baja dosis es una prueba eficaz para detectar tumores pequeños. (iStock)

Desenmascarar la presencia de un tumor maligno es la aspiración de los médicos, ya que de ello depende la vida del paciente, un interés que se dispara cuando se trata de un cáncer de mal pronóstico. Es el caso del de pulmón, del que cada año se diagnostican en el mundo 2,2 millones de nuevos casos, y mueren más de 1,8 millones de afectados. En España, las estimaciones para 2024 son que a 32.700 personas (22.500 hombres y 10.200 mujeres) se les detectará un tumor en el pulmón, - de los que apenas un 5% sobrevivirá pasados 5 años - y otras 22.700 fallecerán por esta enfermedad.

La casuística se repite, con pequeñas variaciones, año tras año, por ello los médicos piden que se implanten programas de cribado para las personas en riesgo, en la línea de los que ya funcionan para cáncer de mama, colon o próstata. Los candidatos son fumadores y exfumadores, puesto que, según el Grupo Español de Cáncer de Pulmón, el 90% de nuevos casos corresponden a fumadores.

Foto: El diagnóstico precoz es esencial. (iStock)

El problema es que más de la mitad de los tumores se diagnostican cuando se encuentran en fases avanzadas, porque no dan síntomas ni hay pruebas rutinarias para detectarlos precozmente.

El pronóstico cambia radicalmente dependiendo del estadio en que estén en el momento del diagnóstico: “En los estadios I y II la supervivencia a los 5 años es del 60%; baja a la mitad (34,8%) es el estadio III y cuando se detecta en estadio metastásico, la supervivencia a los 5 años es inferior al 10%”, detalla la doctora Irene Moya, oncóloga médica de Instituto Oncológico Rosell (IOR)-Pangea Oncology.

Una vieja aspiración

Desde principios de los años 2000, médicos de diferentes países abogan por someter a exámenes radiológicos a quienes tengan un riesgo aumentado de desarrollar un tumor pulmonar, poniendo el foco en fumadores (o exfumadores) mayores de 50 años. Estados Unidos impulsó el National Lung Screening Trial (NLST) con TAC de baja radiación, y concluyó que esta acción se traducía en un 20% menos muertes; un resultado que se repitió en los estudios Nelson (liderado por Países Bajos) y MILD (en Italia).

placeholder El TAC de baja radiación es una técnica fiable y segura. (iStock)
El TAC de baja radiación es una técnica fiable y segura. (iStock)

En España también se han hecho propuestas para hacer pruebas radiológicas a fumadores de más de 50 años, incluso el Ministerio de Sanidad ha solicitado en repetidas ocasiones informes a la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, y el dictamen del último ha sido demoledor: la implantación de un programa de cribado de cáncer de pulmón no es coste-efectiva.

Sin embargo, neumólogos y oncólogos no se rinden y han impulsado diferentes programas para demostrar el beneficio del empleo de TAC de baja radiación para la detección temprana, entre los que sobresale Cassandra, liderado por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) y en el que participan 42 hospitales públicos.

Foto: Florentino Pérez durante la gala del Balón de Oro. (Reuters/Benoit Tessier)

El pasado noviembre, el IOR- Pangea Oncology implementó en el Hospital Universitario General de Cataluña (HUGC) un programa de cribado para grandes fumadores o exfumadores (de más de 30 cajetillas al año y con menos de 15 años de abstinencia) de entre 50 y 75 años basado en TAC de baja radiación. En cuatro meses, 35 personas han participado en el programa y en 3 de ellos se detectaron nódulos sospechosos. Finalmente, uno era una lesión benigna, otro resultó dudoso y está pendiente de nuevas pruebas y el tercero es un tumor maligno (adenocarcinoma de pulmón) en estadio I y curable. Esto puede considerarse una buena noticia, ya que “el tumor es candidato a cirugía curativa”, destaca la oncóloga.

Dentro del programa

En el proyecto del HUGC las pruebas se repiten cada año, al menos, durante 5 años, lo que significa que, “una vez al año, son convocadas para realizarse un TAC de bajas dosis, con una irradiación de 1miliSievert (mSv), mucho menos que un TAC convencional, que irradia 7 u 8 mSv, y, a diferencia de este, no requiere de la administración de un contraste intravenoso, por lo que el paciente no se ha de pinchar antes”, explican desde el hospital.

placeholder Irene Moya, oncóloga médica de IOR y coordinadora del proyecto en el HUGC. (Foto cedida)
Irene Moya, oncóloga médica de IOR y coordinadora del proyecto en el HUGC. (Foto cedida)

En el caso de encontrar un nódulo sospechoso, el participante debe someterse a pruebas complementarias: TAC torácico con contraste, PET-TAC, biopsia y espirometría. De forma voluntaria, “se le ofrece la posibilidad de realizar una biopsia líquida para determinar la malignidad o no del nódulo”.

Moya admite que “enfrentarse a estas pruebas puede generar preocupación y cierta ansiedad por los resultados, por lo que está previsto ofrecer soporte psicológico”.

Una condición imprescindible para entrar en este programa es seguir un plan para dejar de fumar, que el Hospital ofrece de forma coordinada con el neumólogo, atención primaria y las unidades de psiquiatría (“el tabaquismo es una adicción”). Con todo, Antonio Torres, neumólogo del IOR en el HUGC, admite que “muchos fumadores no están dispuestos a dejar el tabaco”, y en ese caso, quedan excluidos del programa de detección temprana, ya que “esta es una premisa básica”.

¿Para cuándo un programa en la sanidad pública?

La experiencia de este hospital catalán demuestra, una vez más, que el programa de cribado de cáncer de pulmón salva vidas. Entonces, ¿por qué la reticencia a la implantación de un sistema de cribado en la sanidad pública? Irene Moya apunta que la medida “debe ser respaldada efectivamente por una evaluación económica que establezca cómo es de coste-efectivo”, una premisa que se cumplió en un análisis de 2021, y que, sin embargo, echó por tierra el informe de 2023 de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias.

Los informes no contemplan los costes crecientes de los tratamientos para cáncer de pulmón avanzado metastásico

“La SEPAR y otras sociedades científicas mostraron su discrepancia, argumentando que en el informe no se contemplaron los costes crecientes de los actuales tratamientos para cáncer de pulmón avanzado metastásico, situación en la que se diagnostica por desgracia la mayor parte de casos de este cáncer a falta de un programa de cribado”, explica la oncóloga. ”Tampoco se analizó el valor del TAC de baja dosis en su papel diagnóstico de otras enfermedades respiratorias y cardiovasculares relacionadas con el tabaco”.

La especialista enfatiza que los resultados del proyecto Cassandra en la sanidad pública, y “los de otros estudios de implementación de este tipo de cribado que se están llevando a cabo desde hace varios meses en centros hospitalarios del grupo privado Quirónsalud” aportarán “la evidencia científica suficiente para demostrar que el cribado de cáncer de pulmón en nuestro medio es capaz de detectar esta enfermedad y reducir el número de muertes que ocasiona, con un perfil de coste-efectividad favorable, y poder convencer así a las autoridades sanitarias para implementarlo en nuestra cartera de servicios del SNS”.

Desenmascarar la presencia de un tumor maligno es la aspiración de los médicos, ya que de ello depende la vida del paciente, un interés que se dispara cuando se trata de un cáncer de mal pronóstico. Es el caso del de pulmón, del que cada año se diagnostican en el mundo 2,2 millones de nuevos casos, y mueren más de 1,8 millones de afectados. En España, las estimaciones para 2024 son que a 32.700 personas (22.500 hombres y 10.200 mujeres) se les detectará un tumor en el pulmón, - de los que apenas un 5% sobrevivirá pasados 5 años - y otras 22.700 fallecerán por esta enfermedad.

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