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Ni azúcar ni leche: este es el truco perfecto para reducir la acidez de una salsa de tomate casera sin cambiar su sabor
  1. Gastronomía y cocina
¡SOLO SE NECESITA UN INGREDIENTE!

Ni azúcar ni leche: este es el truco perfecto para reducir la acidez de una salsa de tomate casera sin cambiar su sabor

Preparar una salsa de tomate casera puede ser arriesgado si los tomates no están maduros y la variedad no es dulce. La acidez natural de esta fruta puede estropearla, pero existe un truco infalible para salvarla de una ruina asegurada

Foto: Ni azúcar ni leche: este es el truco perfecto para reducir la acidez de una salsa de tomate casera sin cambiar su sabor (iStock)
Ni azúcar ni leche: este es el truco perfecto para reducir la acidez de una salsa de tomate casera sin cambiar su sabor (iStock)

La salsa de tomate es uno de los pilares de nuestra gastronomía, puesto que su presencia en cualquier plato puede elevar una pasta, una carne o un pescado a otro nivel de sabor y jugosidad. Aunque en el mercado existen múltiples opciones de salsas de tomate, aquellos que aprecian el valor de un tomate casero saben que el esfuerzo merece la pena. Sin embargo, uno de los miedos más comunes a la hora de preparar una salsa de tomate en casa es lidiar con su acidez natural.

El tomate, siendo una fruta ácida, puede dar lugar a una salsa con un sabor astringente que no todos disfrutan. La solución más extendida popularmente ha sido la de agregar azúcar para contrarrestar esa acidez, pero este método no siempre es el más saludable, ya que aumenta innecesariamente la cantidad de calorías. Afortunadamente, existen otras formas de lograr una salsa de tomate equilibrada sin tener que recurrir al azúcar.

Foto: Foto: iStock.

La clave para una salsa menos ácida comienza con la elección del tomate adecuado. Variedades como el San Marzano o el tomate tipo Roma son menos ácidas y, cuanto más maduros estén los tomates, menor será la acidez percibida. Sin embargo, si aún encuentras la salsa demasiado ácida, hay un truco sencillo y efectivo que funciona a las mil maravillas y solo requiere de un solo ingrediente. ¿De qué hablamos exactamente?

Bicarbonato de sodio, tu aliado contra la acidez

Efectivamente, el bicarbonato de sodio es un ingrediente común en cualquier despensa y se ha demostrado que es muy eficaz para neutralizar la acidez en la salsa de tomate. Este compuesto químico actúa alterando el pH de la salsa, haciéndola menos ácida sin cambiar su sabor.

placeholder El bicarbonato elimina la acidez de la salsa de tomate casera. (iStock)
El bicarbonato elimina la acidez de la salsa de tomate casera. (iStock)

Para usarlo, solo necesitas añadir pequeñas cantidades de bicarbonato a la salsa mientras se cocina, removiendo bien y permitiendo que se mezcle por unos minutos. Este método, sencillo y muy económico, te permitirá disfrutar de una salsa perfecta y jugosa sin el sabor ácido que muchos encuentran tan desagradable.

Otros métodos para reducir la acidez

  • Azúcar: aunque no reduce la acidez en términos de pH, sí enmascara el sabor ácido, haciendo la salsa más agradable al paladar. Solo hay que añadir media cucharadita por kilo de tomates para notar la diferencia.
  • Agregar lácteos: estos ingredientes, como leche, mantequilla o nata, no solo aportan cremosidad, sino que también equilibran los sabores.
  • Variedades de tomate más dulces: estos tomates, como los cherry o de rama, no solo son menos ácidos, sino que también aportan un dulzor natural que equilibra la salsa.
  • Cocinar la salsa a fuego lento: durante un período prolongado también reduce la acidez, permitiendo que los sabores se mezclen y suavicen naturalmente.
  • Asar los tomates: hacerlo antes de incorporarlos a la salsa puede ayudar, ya que el proceso de caramelización potencia los azúcares naturales del tomate, reduciendo la acidez.
  • Caramelizar cebollas: se hace antes de añadir los tomates a la sartén para transformar la salsa, dándole un dulzor natural que contrarresta la acidez sin necesidad de añadir azúcar.
  • Incorporar verduras dulces: es el caso de las zanahorias o la calabaza. Estas hortalizas no solo agregan dulzor, sino que también aportan nutrientes adicionales, haciendo la salsa más saludable.

Con estos trucos, no solo podrás reducir la acidez de tu salsa de tomate casera, sino que también podrás experimentar con diferentes sabores y texturas, haciendo cada plato único y delicioso. Ya optes por el bicarbonato de sodio, el azúcar, o cualquiera de los otros métodos mencionados, tendrás a tu disposición una salsa de tomate perfecta, lista para acompañar tus mejores recetas.

La salsa de tomate es uno de los pilares de nuestra gastronomía, puesto que su presencia en cualquier plato puede elevar una pasta, una carne o un pescado a otro nivel de sabor y jugosidad. Aunque en el mercado existen múltiples opciones de salsas de tomate, aquellos que aprecian el valor de un tomate casero saben que el esfuerzo merece la pena. Sin embargo, uno de los miedos más comunes a la hora de preparar una salsa de tomate en casa es lidiar con su acidez natural.

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