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¿Qué tienen en común el jamón, los calamares y las cerezas?
  1. Nutrición
UNA PISTA: MASTICA BIEN

¿Qué tienen en común el jamón, los calamares y las cerezas?

Aunque no comparten el nivel de índice glucémico, ni su aporte calórico se asemeja, estos alimentos están, junto a los juguetes, en una lista muy importante para nuestra salud

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

Hay ciertos datos, como los fallecimientos por enfermedades cardiovasculares, que no sorprenden. Nos preocupan, sí. Pero no revelan un tipo de información especialmente impactante. Ahora bien, ¿sabías que el número de muertes por atragantamiento en España se acerca a 3.000? De hecho, según el INE es la tercera causa de muerte no natural en nuestro país.

El jamón o las aceitunas son algunos de los alimentos más frecuentes en atragantamientos

Las estadísticas no detallan qué tipo de obstáculo es el que provoca más veces la obstrucción; ahora bien, se cree que algunos de los más habituales son los frutos secos, pulpo, embutidos, sobre todo los que tienen piel, trozos grandes de carne, aceitunas, palomitas de maíz, caramelos y chicles.

Lo que para ti es un peligro, para otro no lo es

Esta lista negra de alimentos con riesgo de atragantamiento no es igual de peligrosa para todo el mundo. De hecho, "el problema radica en conocer nuestras condiciones funcionales en el difícil mecanismo de la deglución. Lo que puede ser un peligro para una persona puede no serlo para otra", asevera el doctor Manuel García Simal, jefe adjunto del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Ruber Internacional.

placeholder Las personas mayores son más propensas a atragantarse. (iStock)
Las personas mayores son más propensas a atragantarse. (iStock)

Por tanto, si existen unas condiciones predisponentes, ¿cuáles son? Según el experto, "dependerá del estado de la dentadura, de la fuerza muscular, del estado neurológico, de la coordinación... En las personas mayores -recalca-, están disminuidas tanto la sensibilidad en la vía digestiva como la fuerza de los músculos deglutorios, así como la difícil coordinación nerviosa de todos los órganos y sistemas que intervienen en la deglución. Por tanto, los alimentos peligrosos dependen de nuestra dificultad particular".

El tamaño, la textura o un problema neurológico

Un bocado demasiado grande o degustar una receta con diferentes texturas puede suponer un riesgo con el que no contábamos. Y es que, en ocasiones, "la ingesta de alimentos secos, en bolos grandes, como la carne, puede ser amenazante", alerta el experto, ya que "si los músculos no tienen la fuerza suficiente, el bolo puede impactar en la laringe y bloquear la vía aérea".

Foto: Maniobra de Heimlich. (iStock)

En otros casos, el detonante está en la diferencia de texturas. "Por ejemplo, comer un plato de lentejas con líquidos y sólidos de distintos tamaños, a veces, es difícil de deglutir de manera coordinada".

Tampoco los alimentos blandos y húmedos (como una uva o un gajo de mandarina) son del todo seguros. Estos "pueden escapar a nuestro control y atragantarnos", advierte el doctor, quien además señala que "si la persona ha tenido un problema neurológico, es probable que, aparte de una debilidad en los músculos deglutorios, tenga una debilidad en la lengua y un mal control para mantener los líquidos en la boca antes de tragarlos. En este caso -continúa-, son los líquidos los que puede que pasen a la vía aérea, produciendo un atragantamiento y una posterior neumonía aspirativa".

El jamón y los niños, una mezcla no exenta de complicaciones

Aunque el origen de los atragantamientos en la población infantil es más frecuente por objetos pequeños, como los fragmentos de juguetes, también los alimentos tienen gran parte de la culpa de estos episodios. Los más peligrosos son "los alimentos duros, de difícil masticación para una dentadura en desarrollo, como los frutos secos, los alimentos blandos y húmedos, o los resbaladizos, como las gominolas. También los de hebras grandes que cortan mal los dientes de los niños, como el jamón sin partir", advierte el experto.

Las personas mayores tienen habitualmente mermada su capacidad de masticar

Otro colectivo especialmente proclive a sufrir atragantamientos es el de las personas mayores, ya que "tienen habitualmente mermada su capacidad de masticar, la sensibilidad en boca y faringe, la fuerza de la musculatura deglutoria y el sistema de coordinación de todos los elementos que interviene en la deglución", sintetiza.

Consejos para evitar el atragantamiento

En términos médicos, el atragantamiento es "la introducción de un objeto en la vía aérea, bloqueándola e impidiendo el flujo aéreo normal", define el experto. Bien, pues para evitar que esto suceda, el doctor nos da las siguientes recomendaciones:

  • Lo primero, masticar correctamente los alimentos.
  • Introducir la cantidad que podamos manejar con facilidad.
  • Mantener la concentración en la deglución y no estar a la vez hablando, riendo o viendo la televisión. Esto es especialmente importante en el caso de las personas mayores o con alguna dificultad neurológica.
  • Cortar los alimentos en trozos más pequeños a los niños. Es fundamental tener presente la edad de los pequeños, el estado de su dentición y los alimentos que son capaces de ingerir en función de su edad.

Disponemos de unos pocos minutos

No es posible generalizar ni determinar con exactitud el tiempo con el que contamos para desatascar la garganta, ya que dependerá del grado de obstrucción, de si es completa o parcial. "En cualquier caso, disponemos de pocos minutos para actuar", advierte el doctor, quien aconseja, en primer lugar, "mantener la calma, tranquilizar a la persona atragantada y avisar a alguien que nos pueda ayudar. Tras inclinar la espalda de la persona atragantada, nos situaremos detrás y podemos dar palmadas en la espalda entre los omóplatos varias veces seguidas".

placeholder La maniobra de Heimlich es una técnica para socorrer a una persona que se está atragantando. (iStock)
La maniobra de Heimlich es una técnica para socorrer a una persona que se está atragantando. (iStock)

Ahora bien, más allá de lo que podamos hacer movidos por el sentido común y la buena voluntad, si conocemos la maniobra de Heimlich y sabemos ejecutarla, esa será la mejor opción para auxiliar a la persona en dificultades. Para llevar a cabo este procedimiento, "debemos colocarnos detrás de la persona a la que queremos ayudar. Colocamos un puño justo debajo del esternón, encima del ombligo y sujetamos con la otra mano", describe el experto. La idea es "presionar con fuerza el abdomen de la persona atragantada, haciendo un movimiento hacia adentro y hacia arriba, con rapidez. Es mejor realizar esas compresiones cinco veces seguidas, muy rápidamente", especifica.

Foto: Prueba de sistema de emergencias. (EFE/Enric Fontcubert)

Por otro lado, tan importante es saber lo que tenemos que hacer como lo que es mejor que no hagamos. En este sentido, el experto remarca que "no debemos añadir más estrés a esa situación, y si la persona atragantada está tosiendo, debemos dejar que intente expulsar la obstrucción de forma espontánea, al mismo tiempo que pedimos ayuda". Además, "nunca debemos decirle que beba líquidos", apostilla.

Por último, ¿qué pasa si el que se ha atragantado somos nosotros y estamos solos? En este caso, el facultativo aconseja, en primer lugar, intentar toser el alimento que causa la obstrucción de nuestra vía aérea. "Si no es posible, debemos poner nuestro puño debajo del esternón, encima del ombligo, y poner la otra mano sujetando el puño. Presionar fuertemente contra una superficie dura como una mesa, aprovechando nuestro peso para hacer fuerza sobre esa zona y así expulsar el objetos que obstruye", detalla.

Hay ciertos datos, como los fallecimientos por enfermedades cardiovasculares, que no sorprenden. Nos preocupan, sí. Pero no revelan un tipo de información especialmente impactante. Ahora bien, ¿sabías que el número de muertes por atragantamiento en España se acerca a 3.000? De hecho, según el INE es la tercera causa de muerte no natural en nuestro país.

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