Operación bikini: los consejos de una nutricionista para no poner en riesgo tu salud

Con la llegada del buen tiempo resulta complicado huir de mensajes centrados en la necesidad de modificar nuestro cuerpo, especialmente si somos mujeres. Para ello ofrecen todo tipo de tratamientos milagro, desde envolverte en yeso hasta pasar 2 semanas a base de zumos detox.

Lo primero que se debe dejar claro, es que nadie debe verse forzado a cambiar su cuerpo. Para poder disfrutar del verano y las vacaciones no es necesario cambiar nada. Todos los cuerpos, normativos y no normativos, son "cuerpos bikini" recogiendo la manida frase publicitaria de antiguos centros de estética. Debido a la realidad actual donde vivimos bombardeados en redes sociales de fotos de cuerpos perfectos, retocados o fotografiados en los ángulos más favorecedores, ha aumentado la insatisfacción corporal de gran parte de la población. Debemos relativizar esa información que nos llega a través de redes sociales y ser conscientes de que no es real y que en todo caso representa un porcentaje muy pequeño de la población, la mayor parte de las mujeres no tiene un abdomen completamente plano ni la mayoría de los hombres los abdominales marcados.

Siempre es importante tener en mente que la salud es lo importante, no el aspecto físico. Y muchas veces cuando hablamos de alimentación y nutrición se confunden. Una alimentación sana no consiste en hacer unos cambios durante unos días o semanas con el objetivo de modificar nuestro aspecto físico. Lo importante es llevar un patrón alimentario saludable a lo largo de nuestra vida, siendo flexibles y conscientes de lo que comemos para mantener un estado saludable el mayor tiempo posible. Todo lo contrario de lo que nos pueden proponer las famosas dietas y productos milagro que aparecen estos días por todas partes.

¿Ahora bien, como podemos identificarlos?

En general hay que sospechar de cualquier producto o dieta que prometa grandes cambios en un periodo corto de tiempo y sin esfuerzo. Cuando hablamos de salud casi nunca ningún cambio se consigue de forma rápida y sin esfuerzo. También debemos sospechar cuando hacen especial hincapié en los kilos a perder en el plazo que sea. Centrarse solo en el peso es un abordaje parcial y obsoleto. Desde hace años la evidencia deja claro que la composición corporal (porcentaje de masa magra y grasa) tiene una mayor relevancia para nuestra salud. Si nos centramos solo en el peso y la báscula de toda la vida, podemos ver variaciones debido a fluctuaciones en las reservas de glucógeno y agua, por ejemplo, en las dietas cetogénicas, que se recuperarán en cuanto se reintroduzca el consumo de hidratos de carbono.

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En el año 2020 se publicó la revisión por parte del Dr. Freire R Scientific evidence of diets for weight loss: Different macronutrient composition, intermittent fasting, and popular diets en la que se analizaron dietas basadas en la manipulación de macronutrientes (ej.: baja en grasa, hiperproteica, cetogénicas), otro grupo con dietas basadas en la restricción específica de grupos de alimentos (sin gluten, paleo, vegetariana/vegana y mediterránea) por último basadas la manipulación del tiempo (ayunos intermitentes). Las conclusiones finales son que, aunque algunas dietas tengan un efecto inicial mayor en la pérdida de peso, no de grasa, como las dietas hiperproteicas y bajas en carbohidratos; en el largo plazo, todas tienen efectos parecidos, por la pérdida de la adherencia o de su efectividad inicial, ya que su éxito se basa en la creación de un déficit calórico.

Además, en el caso de las mujeres, el momento del ciclo menstrual también puede afectar mucho al peso y la retención de líquidos, de manera que es fácil que unos días al mes se pese más y otros menos. El peso no es un número estable, sino que fluctúa a lo largo de los días debido a cambios en el metabolismo y la alimentación. De manera que tomarlo como referente único de salud no es adecuado.

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Otro término a tener en cuenta que debe ponernos en alerta es cuando emplean palabras como "detox", "purificante" o similares. Nuestro cuerpo ya dispone de los riñones, pulmones e hígado, para poder realizar procesos de “detoxificación” eliminando de manera muy eficiente aquellos metabolitos que nos producen toxicidad y regulando el pH sanguíneo. Simplemente llevando una dieta saludable rica en frutas y verduras podemos obtener todos los beneficios de las dietas detox, tal y como nos comenta el Dr. Tahreem A, en su revisión Fad Diets: Facts and Fiction.

En definitiva, lo importante en este periodo del año es, por un lado, tratar de mejorar nuestra aceptación corporal, siendo conscientes de que todos los cuerpos tienen virtudes y defectos. Y por otro, tratar de seguir manteniendo, o comenzar, que nunca es tarde si la dicha es buena, una alimentación saludable basada en frutas, verduras, alimentos integrales, frutos secos, legumbres, lácteos, pescado, carnes blancas. Pero siendo conscientes de que también se puede disfrutar del resto de alimentos sin sentirse culpable. Buscando cada uno el equilibrio que le haga sentirse bien, de esta manera podemos mantener la salud tanto a nivel físico como mental.

Dra. Sandra Sumalla

Dra. en Proyectos de Salud y Nutrición, Tecnóloga de Alimentos y Dietista-Nutricionista. Decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea del Atlántico