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Sostenible y aún más nutritivo: así será el yogur que comeremos en el futuro
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Sostenible y aún más nutritivo: así será el yogur que comeremos en el futuro

Este lácteo lleva más de un siglo con nosotros; es fuente de proteínas, calcio y otras vitaminas de alto valor para nuestro organismo. ¿Cómo será el yogur de los próximos años? Danone nos cuenta las cinco claves

Foto: Foto: cortesía de Danone.
Foto: cortesía de Danone.

El yogur, especialmente en su versión natural, se posiciona como uno de los lácteos mejor valorados para la salud. Este alimento probiótico, que se obtiene mediante la fermentación de la leche por la acción de las bacterias Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, cuenta con una alta densidad nutricional y contribuye a regular la flora intestinal. Su consumo frecuente se asocia a patrones de vida más saludables gracias a su aporte de calcio y otros micronutrientes como el potasio, la vitamina A, B12, B5, D, zinc, fósforo, riboflavina y magnesio.

En España, su comercialización llegó hace más de 100 años, de la mano de Isaac Carasso, -el fundador de Danone- y desde entonces es un habitual en gran parte de los hogares, que encuentran en el yogur una opción accesible y versátil para diferentes comidas del día. Conscientes de que la sociedad sigue evolucionando y es cada vez más consciente del cuidado de la salud y del planeta, la compañía trabaja para conseguir un yogur más sostenible y todavía más saludable.

Las cinco claves del yogur del mañana

Para dar respuesta a las necesidades actuales, y seguir cumpliendo su propósito centrado en la nutrición y el bienestar de las personas y el entorno, la compañía lo hace de forma holística y se centra en cinco aspectos diferentes que, en su opinión, conformarán el yogur del próximo siglo:

1. Sostenible desde la granja. Uno de los principales objetivos de Danone es reducir la huella de CO2 desde las ganaderías, ya que es donde se producen la mayoría de las emisiones de un yogur. Para ello lleva transformando su modelo desde hace más de una década. En los últimos cinco años, ya ha conseguido reducir la intensidad de las emisiones de sus productos lácteos en un 20% y espera que sea en un 37% para 2030. Las granjas familiares con las que colabora priorizan el bienestar animal con una alimentación de proximidad que promueve el uso responsable de los recursos, como es el caso del agua, y contribuye a reducir el desperdicio de la industria alimentaria.

Asimismo, las granjas llevan a cabo técnicas de agricultura regenerativa, cuidando la salud del suelo y contribuyendo a la economía circular. Bajo este mismo propósito, el año pasado impulsaron junto a otros agentes el Informe BACA, por un sector lácteo Bajo en Carbono, como marco de referencia sectorial y con acciones concretas que contribuyen a la transformación de la industria. Como prueba de este avance, More Holstein, granja con la que Danone colabora desde hace más de 43 años, se ha convertido en la primera de Europa que ha logrado la certificación B Corp por su compromiso social y medioambiental.

placeholder Ramón Morla y Lidia Entrecanales, propietarios de More Holstein. (Foto: cortesía)
Ramón Morla y Lidia Entrecanales, propietarios de More Holstein. (Foto: cortesía)

2. Nuevos modelos de envasado. Desde la compañía apuestan por envases 100% reciclables, reutilizables o compostables en todos sus productos, minimizando así el empleo de plástico virgen.

3. Energía 100% renovable en toda la cadena de producción. Además del origen en las granjas, también están implementando medidas en los pasos posteriores. Un ejemplo es la fábrica de Aldaya, en Valencia, donde Danone cuenta con más de 5.000 placas solares que generan un 20% del abastecimiento energético y ayudan a reducir las emisiones en toda la cadena de valor. Esta instalación es la más grande de la marca en Europa.

Esta fábrica es la que, además, colabora directamente con More Holstein que está a 24 kilómetros de distancia, "con lo que, en conjunto, ambas marcan la pauta de un modelo sostenible desde el origen del producto, que asegura un impacto positivo en la sociedad", explica Siliva Canals, responsable de Sostenibilidad en Danone Iberia.

4. Residuo cero. Otra de las claves para asegurar la sostenibilidad del yogur es minimizar el desperdicio hasta la llegada del producto a los hogares españoles revalorizando los residuos para darles una segunda vida. Esto es posible por la apuesta tecnológica de la compañía en distintos puntos de la cadena de producción. Gracias a ello, a principios de 2023, Danone recibió el sello Residuo Cero de Saica Natur que avala que en todas sus plantas reutilizan, reciclan o valorizan más del 95% de todos los residuos generados en el proceso en España.

5. Nutrientes esenciales de máxima calidad. El yogur del futuro debe seguir ofreciendo beneficios a la salud de forma positiva, afianzándose como un vehículo de probióticos con proteínas de alta calidad y fuente de calcio.

Para conseguir este modelo y alcanzar las cinco claves, Danone garantiza el uso de materia prima fresca de máxima calidad, de origen en ganaderías españolas próximas a sus plantas, en las que se cuida el entorno y los animales, proporcionándoles una alimentación alta en proteína y de proximidad, así como un alojamiento de mínimo 12 m2 y otras atenciones que garantizan su salud y bienestar. "Crear yogures buenos para la salud y para el planeta, empieza en el campo, en las granjas familiares porque cuanto mejor están nuestras vacas y mejor sea su alimentación, más nutritivo es nuestro yogur", afirma Silvia Canals.

Gracias a todas estas acciones, la compañía espera que sus yogures alcancen una versión aún mejor desde la innovación y el avance constante. "El futuro del yogur es saludable y sostenible porque menos es más: menos impacto medioambiental, más nutrición. Para la compañía, lo esencial es cuidar de las familias y ofrecer los mejores productos para las personas y para el planeta", argumenta la responsable de Sostenibilidad en Danone Iberia.

El yogur, especialmente en su versión natural, se posiciona como uno de los lácteos mejor valorados para la salud. Este alimento probiótico, que se obtiene mediante la fermentación de la leche por la acción de las bacterias Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, cuenta con una alta densidad nutricional y contribuye a regular la flora intestinal. Su consumo frecuente se asocia a patrones de vida más saludables gracias a su aporte de calcio y otros micronutrientes como el potasio, la vitamina A, B12, B5, D, zinc, fósforo, riboflavina y magnesio.

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